Yo no veo
que se me peguen los años
a la piel
o que me crezca el alma
o se me mojen los días.
Yo no veo
que se me fundan las horas
a los pies,
a mis manos
o a los ojos.
Yo no veo
que me toque la penumbra
tan espesa
tan sorda
tan pesada.
Yo no veo nada
de esos sueños que me inventas
¡No veo nada!
¡Amanecí ciego otra vez!